La necesidad de ortodoncia es una pregunta que siempre inquieta y hace dudar a los padres cuando vienen a nuestra consulta, ya que existen falsas creencias de esperar a tener los dientes permanentes en la boca. Existen diferentes maloclusiones dentales que vamos a ir desglosando y explicando el momento oportuno de realizar dicho tratamiento para que pueda ser corregido.
La maloclusión que se trata de manera más temprana es la mordida cruzada. Esto ocurre cuando el paladar es más estrecho que la mandíbula a nivel transversal. La causa suele ser por una posición baja de la lengua que hace crecer y ensanchar la mandibular pero no estimular el crecimiento del paladar o maxilar. Ésto ocurre cuando existe un uso prolongado del chupete o biberón, la succión del pulgar o cuando existe una respiración oral y no nasal.
El tratamiento en estos casos es la colocación de un aparato expansor en el paladar de manera fija para solucionar la mordida cruzada. La edad ideal es entre los 6 y 8 años de edad ya que la sutura del paladar se cierra a los 7 años de edad. Si se trata a edades más tardías corremos el riesgo de no poder ensanchar el hueso, y se tendría que disimular ensanchando los dientes donde existiría entonces un alto índice de fracaso o recaída.
Una mordida cruzada puede provocar en el futuro problemas de oclusión y articulares, falta de espacio para la erupción de los dientes permanentes, presencia de dientes retenidos, etc.
Otra maloclusión que se debe tratar de manera temprana es la clase III, es decir, cuando el niño presenta una mandíbula prominente o un maxilar deficitario. Es una maloclusión hereditaria en muchas ocasiones y comprometida estéticamente.
Es una maloclusión compleja de tratar y no siempre podemos evitar una cirugía para corregir la posición de los huesos. Por esos es muy importante tratarlo de manera temprana entre los 5 y 7 años de edad, antes que las suturas craneales se cierren definitivamente para conseguir un buen resultado. A más edad menores resultados y mayor probabilidad de tener que realizar una cirugía maxilomandibular para corregir la maloclusión ósea.
El tratamiento en edades tempranas consiste en un dispositivo en el paladar que se combina en casa con un aparato extra oral que estimula el crecimiento hacia adelante del maxilar y frena el crecimiento de la mandibular. El niño lo usa cómodamente y podemos obtener Buenos resultados si el paciente lo usa las horas prescritas por su ortodoncista.
Existe la maloclusión contraria que es la clase II con mandíbulas poco desarrolladas o pequeñas. Es una maloclusión muy frecuente en nuestra sociedad. Los padres acuden a nuestra consulta preocupados porque observan en sus hijos un gran espacio entre los incisivos superiores e inferiores, porque siempre están con el labio entre los dientes, o porque observan que los incisivos superiores han crecido muy adelante.
El tratamiento no es complejo y se obtienen buenos resultados en pacientes en crecimiento. La edad recomendada para tratar esta maloclusión es cuando el niño está en el pico de crecimiento, entre los 11 y 13 años en las niñas y entre los 12 y 14 años en los niños aproximadamente.
En este estadío podemos conseguir un cambio esquelético mayor en menor tiempo de tratamiento. Es imprescindible hacer radiografías e ir controlando al niño para poder descifrar en que estadío de crecimiento estña y así tratar la malocclusion justo en el momento oportuno para obtener unos resultados óptimos.
El tratamiento son aparatos removibles intraorales en el maxilar y la mandíbula que producen tensión en la mandíbula favoreciendo el crecimiento y frenar el crecimiento del maxilar. Suele ser un tratamiento corto entre 12 y 18 meses aproximadamente.
Este es un breve resumen de algunas de las maloclusiones más frecuentes que observamos en nuestra consulta que se deben tratar cuando el paciente está en crecimiento, ya que la patología no es dental sino que es por un mal crecimiento de los maxilar, es por eso que no hay que esperar ya que si cede el crecimiento del niño ya no podremos modificar ni estimular los huesos para corregirlos, y solamente nos quedará la posibilidad de una cirugía ortognática para corregir la maloclusión.